La Cláusula Suelo, es una cláusula incluida e impuesta en muchos préstamos hipotecarios que obliga a los prestatarios a pagar un interés mínimo en las mensualidades de la hipoteca, independientemente del interés del mercado. Dicha cláusula puede hacer que en una hipoteca de 250.000 euros se llegue a pagar de más a la entidad financiera, la friolera cuantía de 4.700 euros cada año, teniendo en cuenta una cláusula suelo del 4% y un Euribor al 0,5% en una hipoteca de 250.000 euros. La Sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea del 21 de diciembre de 2016, establece la nulidad de la Cláusula Suelo, y por ello, condena a las entidades bancarias a devolver las cantidades que los clientes hayan pagado de más desde el momento de la confección del préstamo hipotecario.